En innovación y diferenciación empresarial, la velocidad de comercialización es un factor clave de éxito.

Si una organización necesita mucho tiempo para implementar una nueva idea de negocio, es probable que otra empresa lo haga más rápido. Debido a esto, las organizaciones han comenzado a exigir un menor tiempo de comercialización de sus proveedores de servicios, especialmente los de TI. Para los proveedores de servicios que siempre han usado tecnología moderna, esto no ha sido un gran desafío. Han adoptado formas modernas de escalar sus recursos y han establecido prácticas apropiadas para la gestión de proyectos y productos, pruebas, integración, implementación, lanzamiento, entrega y soporte de servicios de TI.

Estas prácticas se han documentado y han desencadenado el desarrollo de nuevos movimientos y prácticas de administración de TI, como DevOps.

Sin embargo, para organizaciones con un legado de TI antiguo y arquitecturas y prácticas de gestión de TI centradas solo en el control y la rentabilidad, la nueva demanda empresarial ha presentado un desafío mayor. Los parámetros de entrega de servicios de alta velocidad incluyen:

  • Centrarse en la entrega rápida de servicios nuevos y modificados a los usuarios.
  • Análisis continuo de la retroalimentación proporcionada para los servicios en cada etapa de su ciclo de vida.
  • Agilidad en el procesamiento de la retroalimentación, dando lugar a una mejora continua y rápida de los servicios.
  • Un enfoque de principio a fin para el ciclo de vida del servicio, desde la ideación, hasta la creación y entrega, y hasta el consumo del servicio.
  • Integración de prácticas de gestión de productos y servicios
  • Digitalización de la infraestructura de TI y adopción de la computación en la nube.
  • Amplia automatización de la cadena de prestación de servicios.

La prestación de servicios de alta velocidad influye en todas las prácticas de un proveedor de servicios.

Por ejemplo, una organización que tiene como objetivo ofrecer y mejorar sus servicios más rápido que otros, debe considerar:
  • Gestión ágil de proyectos.
  • Gestión financiera ágil.
  • Estructura organizativa basada en productos.
  • Gestión adaptativa de riesgos y gestión de auditoría y cumplimiento.
  • Gestión flexible de arquitectura. 
  • Soluciones tecnológicas de arquitectura específicas, como microservicios.
  • Entornos complejos de socios y proveedores.
  • Monitorización continua de innovaciones tecnológicas y experimentación.
  • Diseño centrado en el ser humano.
  • Gestión de infraestructura centrada en la computación en la nube.

Incluso si solo algunos de los servicios en la cartera de un proveedor necesitan una entrega de alta velocidad, organizacionalmente se requieren cambios de una escala significativa para permitir esto, especialmente si la organización tiene un legado de servicios, prácticas y hábitos de baja velocidad.

Además, es posible que la gestión ágil se combine con las prácticas tradicionales, lo que introduce aún más complejidad y mayor desafío. Sin embargo, para muchas organizaciones modernas, la prestación de servicios de alta velocidad ya no es una opción, sino una necesidad, y deben mejorar sus prácticas de gestión de servicios para responder a este desafío.   

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