¿Cómo repensar la comunicación en proyectos juveniles para que realmente funcione?

Autoría: Sonia López Luis

Cómo repensar la comunicación en proyectos juveniles para que realmente funcione

¿Cómo repensar la comunicación en proyectos juveniles para que realmente funcione? Llevo más de dos décadas trabajando en el Centro de Información Juvenil del Cabildo de Tenerife. Lo que empezó como un servicio más bien estático, centrado en atender consultas y colgar convocatorias en un tablón, ha evolucionado —con mucho esfuerzo colectivo— hacia un espacio vivo, dinámico y participativo, donde la información no solo se ofrece… se construye con las propias personas jóvenes.

Ese cambio no fue automático. Durante años nos dimos de frente con una realidad incómoda: teníamos recursos, actividades, campañas, oportunidades valiosas… pero los mensajes no llegaban. Y cuando llegaban, no resonaban. Usábamos redes sociales, carteles, folletos... pero algo fallaba. No estábamos hablando “con” los jóvenes. Les estábamos hablando “desde fuera”.

Entonces lo entendimos: no era solo una cuestión de canales, sino de enfoque. La información juvenil ya no podía pensarse como una lista de servicios. Tenía que ser un relato compartido, una conversación real, una experiencia que implicara.

Desde ahí nació el proyecto de dinamización del espacio joven del CIJ. Cambiamos las formas, los tiempos y, sobre todo, la metodología. Creamos grupos estables de jóvenes con intereses comunes, pusimos en marcha un laboratorio de ideas, un grupo de corresponsales que gestiona sus propios canales de difusión, y nos lanzamos a la carretera con un CIJ itinerante que llega a cualquier rincón de la isla.

El resultado: jóvenes implicados/as, espacios de encuentro reales, nuevos lenguajes, nuevos formatos y, sobre todo, una comunicación que empieza a tener sentido.

Pero este cambio no se improvisa. Requiere parar, observar, escuchar y formarse.
Por eso me parece fundamental hablar de la necesidad de formación específica en comunicación con juventud. Porque lo que antes bastaba —un folleto bien diseñado o una buena base de datos— hoy no es suficiente.

Trabajo previo a la puesta en marcha de proyectos juveniles

La juventud actual navega en un ecosistema digital saturado, cambiante y veloz. Tiene otros códigos, otros lenguajes, otros referentes. No basta con “estar en redes”: hay que saber cómo estar, qué decir, desde dónde y con quiénes.

¿Y si dejáramos de hablar “sobre” juventud y empezáramos a hablar “con” juventud? En los últimos años hemos aprendido —a golpe de desconexión— que tener un buen proyecto no garantiza nada.

Podemos contar con programas de becas, actividades creativas, campañas de prevención o recursos valiosísimos para jóvenes… y aun así, ver cómo nuestros mensajes no calan. No emocionan. No generan impacto. ¿Por qué?

Porque seguimos comunicando desde lógicas antiguas. Lógicas adultocéntricas, lineales, institucionales. Lógicas que, en muchos casos, ya no se sostienen en el ecosistema digital y cultural que habita la juventud actual.

Las nuevas generaciones —Z, Alfa, Centennials— no consumen información del mismo modo que lo hacíamos nosotros. Tienen sus propios códigos, referentes, formatos y ritmos. Y no, no basta con abrir una cuenta en Instagram o publicar una story. La clave está en repensar desde dónde y para quién hablamos. Y, sobre todo, quiénes tienen voz en ese proceso.

La mejor forma de comunicarse con los jóvenes

La comunicación con jóvenes no puede ser un apéndice al final del proyecto.
Debe ser parte de su diseño, de su identidad, de su esencia. Debe ser participativa, emocional, visual, auténtica y coherente. Porque la información juvenil no es un folleto ni una nota de prensa: es una experiencia compartida.

Desde ahí nace el sentido de una formación que no solo te da herramientas técnicas, sino que te ayuda a cambiar el enfoque.

Por eso hemos diseñado un curso práctico que recoge todo lo aprendido: cómo se informan hoy las nuevas generaciones, qué errores de comunicación repetimos sin darnos cuenta, y cómo diseñar proyectos informativos sencillos, eficaces y participativos. El curso online se llama Comunicación estratégica de proyectos, programas y servicios de juventud.

No es un curso de marketing ni de publicidad. Es una formación para repensar cómo se construye y se comparte la información juvenil en clave de participación, autenticidad y conexión emocional.

Porque, aunque la inteligencia artificial avance, lo que marca la diferencia sigue siendo lo humano: la capacidad de escuchar, de generar confianza, de ilusionar.

Y eso, en el trabajo con juventud, lo es todo.

 

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