Impulsores y reductores del compromiso en tu organización
Impulsores
Toda organización debe tomar las medidas y realizar las acciones necesarias para impulsar el compromiso de los empleados.
Las siguientes circunstancias favorecen la aparición y consolidación del compromiso:
La buena comunicación de los jefes con sus subordinados se concreta en acciones como las siguientes:
- Decir al empleado lo que se espera de él.
- Mantenerle informado de los objetivos individuales, de equipo y organizativos.
- Proporcionar un feedback constructivo.
- Hacer comprender su contribución en la consecución de la misión y metas generales.
- Saber escuchar a los empleados: sus ideas, opiniones, quejas, etc.
- Implantar una política de puertas abiertas.
- Y en general, disposición de diversos canales de comunicación entre la organización y los empleados que faciliten la comunicación ascendiente, descendiente y horizontal.
Se trata del reconocimiento del trabajo bien hecho a través de la retribución, felicitación, etc.
El ejercicio de un liderazgo motivante por parte de los jefes y mandos intermedios se concreta en acciones como las siguientes:
- Fomento de la participación en la toma de decisiones.
- Escucha activa.
- Trato justo e igualitario, etc.
Consiste en la organización de la actividad en base a la creación de equipos de trabajo.
Se trata de implantar medidas que favorezcan la conciliación entre la vida personal y laboral:
- Flexibilidad de horarios para que los padres puedan llevar a la escuela a los hijos.
- Posibilidad de teletrabajo.
- Horarios intensivos, etc.
Fomento de buenas relaciones entre los propios empleados: celebración de logros, realización de actividades colectivas, existencia redes sociales internas, creación de equipos con roles complementarios, celebración de cumpleaños, medidas para la resolución de conflictos individuales o interdepartamentales, etc.
Evitar el trabajo monótono, involucración en proyectos interesantes...
Ello se concreta en: formación en base a las necesidades individuales, planes de carrera individuales, retribución según el desempeño individual, beneficios sociales en base a necesidades personales, etc.
Es necesario reclutar y seleccionar a empleados con un sistema de valores compatible con el de la empresa. A la hora de seleccionar no es suficiente con analizar la experiencia, los conocimientos y las habilidades de los candidatos, sino que hay que evaluar también sus valores.
Es recomendable que el tipo de contratos de trabajo proporcione al empleado una estabilidad laboral. Asimismo, es necesario cumplir el contrato legal (formal) y el psicológico.
Consiste en tomar las medidas necesarias que creen un buen clima laboral.
Delegación de tareas y autonomía en la toma de decisiones.
Trato adaptado a los diversos colectivos que integran la plantilla en función de su: edad, sexo, nacionalidad...
Programas de conciliación de la vida personal y familiar.
Medidas de prevención de riesgos laborales y preocupación por la salud y bienestar de los trabajadores. El trabajo debe desarrollarse en un entorno físico y emocional adecuado: libre de ruidos, elementos contaminantes, temperaturas extremas, estrés, etc.
Facilitación de la comunicación interna: ascendiente, descendiente y horizontal.
Establecimiento de un programa de sugerencias y aportación de ideas de mejora.
Variedad de tareas para evitar la monotonía, autonomía, posibilidad de rotar de puesto, fomento de la polivalencia, etc. Para que un profesional esté comprometido es importante que disfrute con su trabajo.
Fortalecimiento de la reputación corporativa para incrementar el orgullo de pertenencia: mediante acciones de patrocinio de eventos, actividades de repercusión social, etc.
Cultura de empresa basada en valores como: participación, igualdad, respeto al medio ambiente...
Establecer desafíos y retos profesionales.
Estructura organizativa plana u horizontal, con preeminencia de los equipos de trabajo autogestionados.
Proporcionar formación, actualización y reciclaje profesional.
Reductores
Como contraposición a los impulsores, circunstancias como las siguientes pueden reducir el compromiso:
Mala comunicación entre jefes y empleados.
Contradicción entre los valores organizativos comunicados y los reales.
Cambios en la cultura organizativa y sistema de valores de la entidad.
Incumplimiento de las expectativas que tenía el empleado (contrato psicológico).
Mal ambiente de trabajo: malas relaciones con el jefe, compañeros, etc.
Conflictos con el jefe o los compañeros.
Falta de reconocimiento de esfuerzos o resultados extraordinarios.
Trato injusto.
Inaplicación de la normativa de prevención de riesgos laborales.
Mala reputación de la organización.
Ausencia de plan de formación, reciclaje y actualización, etc.
La organización debe tomar las medidas necesarias para evitar que estas circunstancias se presenten.
Ética organizacional
La existencia de un código ético por parte de la organización genera confianza en los diversos actores que se relacionan con ella: empleados, clientes, usuarios, proveedores, accionistas, etc. Este código ético influye en diversos aspectos como: políticas de recursos humanos, responsabilidad social corporativa, comunicación interna y externa, planes de igualdad, prevención de riesgos laborales, etc.El comportamiento ético de la organización refuerza los lazos con los empleados, incrementando su confianza, lealtad y compromiso.