Evaluación y recompensa en un entorno LEAN
Para fomentar una cultura de mejora continua en un entorno LEAN, es fundamental implementar sistemas efectivos para la evaluación del desempeño, el apoyo constante al equipo y la promoción de una comunicación bidireccional. La evaluación del desempeño en el contexto LEAN no solo mide resultados, sino que también busca identificar áreas para el desarrollo personal y profesional de los individuos.
Un ejemplo de evaluación del desempeño podría incluir el establecimiento de indicadores clave de rendimiento (KPIs) orientados a la eficiencia y el ahorro de recursos. Por ejemplo, en una oficina de atención al ciudadano, estos indicadores pueden medir la reducción del tiempo de espera o el aumento de la satisfacción del usuario tras la implementación de nuevos procedimientos LEAN.
El apoyo al personal es esencial para el éxito de cualquier iniciativa LEAN. Esto implica la provisión de recursos necesarios, formación continua, y oportunidades para que los trabajadores participen activamente en las mejoras de procesos. Un supervisor en un departamento de logística puede, por ejemplo, ofrecer talleres de formación acerca de la metodología 5S para mejorar la organización y eficiencia del área de trabajo. Este tipo de apoyo no solo facilita la implementación de mejoras, sino que también refuerza la implicación y motivación del personal.
La comunicación bidireccional, por otro lado, es clave para asegurar que todos los niveles de la organización están alineados con los objetivos de mejora continua. Esto se puede lograr mediante reuniones regulares de retroalimentación donde se ponen en común no solo los logros, sino también los desafíos y áreas donde se puede mejorar. Un gerente de servicios de IT podría, por ejemplo, mantener reuniones semanales donde cada miembro del equipo destaque un proceso que considera podría optimizarse, fomentando así un ambiente de transparencia y colaboración.
La recompensa en un entorno LEAN tiene un enfoque más global y centrado en el equipo, contrario a los sistemas tradicionales que se basan en el rendimiento individual. En este contexto, podemos incorporar al concepto de KAIZEN el de IKIGAI.
El término IKIGAI proviene de la cultura japonesa y es una amalgama de dos palabras: "iki" (vida) y "gai" (valor), lo que se traduce aproximadamente como "razón de ser".
Puede ser altamente beneficioso al interrelacionarse con la mejora continua y la filosofía LEAN. La clave es alinear los objetivos personales de los empleados con los de la organización, reforzando el compromiso y la satisfacción personal y laboral.
Conectar a los equipos con tareas que realmente les apasionan puede incrementar el compromiso y la creatividad. Por ejemplo, un especialista en logística puede amar el desafío de resolver problemas complejos de distribución. Al permitirle explorar e implementar nuevas estrategias de flujo logístico que reduzcan tiempos y costos, se favorece tanto su desarrollo personal como la mejora continua del proceso.
Fomentar el desarrollo de habilidades y competencias es crítico en un entorno LEAN. Un ejemplo sería un gestor de proyectos que tiene una habilidad natural para la administración del tiempo y la organización. Al liderar un equipo dedicado a maximizar la eficiencia en la planificación y ejecución de proyectos, este gestor potenciará dichas habilidades para alcanzar y superar los objetivos planteados.
Identificar las necesidades claves del entorno organizacional y social ayuda a alinear los objetivos individuales y corporativos. Un profesional de recursos humanos, por ejemplo, podría visualizar la importancia creciente de implementar prácticas sostenibles dentro de la organización. Desarrollar programas de bienestar laboral y sostenibilidad no solo mejorará el ambiente laboral, sino que también contribuirá positivamente al entorno global.
Integrar adecuadamente los incentivos económicos y no monetarios es vital en una cultura de mejora continua. Un analista financiero que identifica oportunidades para reducir costos operativos en un municipio puede ser recompensado a través de un sistema de reconocimiento basado en logros cuantificables. Este enfoque no solo motiva al individuo, sino que también incentiva la búsqueda constante de eficiencia y ahorro de recursos para la organización.