Elige el mejor momento para relajarte

Al principio, nos puede parecer difícil encontrar un momento en el día para relajarnos, pero debemos reservarnos al menos 10 o 20 minutos para poder realizar la relajación, apartando el estrés, la ansiedad, la rutina diaria y reservándonos ese rato para nosotros mismos, de modo tranquilo. Todos sabemos que "las prisas no son buenas" y eso no aportará a nuestro cuerpo una sensación agradable, más bien el efecto contrario.

Tómate tu tiempo, proporcionando al cuerpo y a la mente un descanso, con los cinco sentidos puestos en ello y con tranquilidad.

Los mejores momentos suelen ser al levantarse, entre comidas o al acostarse. Intenta acostumbrarte a realizar esta práctica siempre a la misma hora, para que se convierta en una costumbre diaria y así los beneficios de la relajación se generalicen.

A primera hora de la mañana se recomienda hacer la sesión más larga y, si se tiene problemas para conciliar el sueño, hacerla al acostarse, pero no practiques un programa demasiado intenso por la noche para que tu mente no se active excesivamente al concentrarse en el entrenamiento.

Hazlo con el estómago vacío o dos horas después de las comidas, ya que, si tu cuerpo está haciendo la digestión, no conseguirás una relajación adecuada y profunda.

Intenta estar solo y que nadie te interrumpa y, si no es así, advierte a la gente de tu alrededor que durante la práctica no te molesten. Aun si alguna vez te ves sorprendido o importunado, no te levantes bruscamente para que no se produzca ningún tipo de mareo o malestar. Ve saliendo de la relajación, despacio y progresivamente, cualquier cosa puede esperar un minuto.