La iluminación en el puesto de trabajo

    Es imprescindible que la iluminación no influya de manera negativa en un puesto de trabajo en forma de molestias visuales ni deslumbramientos, que nos obliguen a realizar movimientos forzados o ejecutar posturas no muy recomendables.

    Encontraremos dos tipos de iluminación, natural y artificial.

Luz natural.

    La más recomendable en todo momento es la luz natural, ya que su calidad es superior y su efecto psicológico es positivo. También hemos de pensar que éste tipo de luz suele provenir de una ventana por la cual podemos mirar al exterior y hacer ejercicios para evitar la fatiga visual. Pero no todo es positivo, ya que en algunos casos la intensidad de la luz no es suficiente o uniforme para realizar correctamente las labores encomendadas, pudiendo en determinados casos o momentos ocasionar reflejos o deslumbramientos.

    Para evitar los problemas anteriores es necesario proteger las ventanas cercanas a la pantalla con cortinas, persianas o elementos que nos permitan regular la intensidad de la luz y evitar deslumbramientos molestos e innecesarios. Es recomendable que la pantalla se coloque perpendicular a la ventana.

Luz artificial.

    Pero es evidente que casi siempre será preciso, como apoyo o como foco principal, la utilización de la luz artificial. Ésta puede ser uniforme general o uniforme general con apoyo de luz focalizada. Optaremos desde un principio por trabajar con luz artificial general, evitando la iluminación directa al puesto de trabajo, colocándola de forma paralela a la pantalla.

    Hemos de tener siempre presente que ni la luz artificial, ni la luz natural, han de situarse ni detrás ni delante de la pantalla.

    Hay ocasiones en las que nos veremos obligados a utilizar una luz de apoyo focalizada, donde procuraremos no producir reflejos en la pantalla, alumbrando la documentación, nunca directamente el puesto con pantalla.  

    Se recomienda evitar las superficies brillantes que puedan reflejar los haces de luz y producir deslumbramientos. Optando por una iluminación recomendada de 500 lx.

Los colores.

    No suele ser muy valorado pero también es importante e interesante conocer la importancia psicológica de los distintos colores de la sala de trabajo, ya que influyen en la percepción de la información y el bienestar del trabajador.

    Procuraremos que en entornos con pantallas de visualización los colores sean claros (tonos pastel) y superficies mates. Si consideramos que el trabajo es demasiado monótono podemos introducir colores estimulantes. Esto permitirá, por ejemplo, que se atenúe la sensación de calor en entornos muy calurosos o la sensación de frío en ambientes fríos.