Una vez hemos repasado el concepto de desarrollo y cómo debe enfocarse para alcanzar el éxito a largo plazo; para, posteriormente, profundizar sobre el medioambiente y la problemática que afecta a nuestro entorno más o menos próximo, llegaremos conjugando y fusionando ambas ideas a comprender qué es el desarrollo sostenible y por qué debemos perseguirlo.
El desarrollo sostenible será un fin y una condición innegociable de cualquier plan de desarrollo, independientemente de su ámbito territorial.
"La Tierra no es una herencia de nuestros padres, sino un préstamo de nuestros hijos". Proverbio indio
El concepto de desarrollo sostenible nos viene acompañando durante los últimos años, acercándonos a nuestra relación personal con el territorio o la ciudad donde vivimos; relacionándose muy especialmente a las nuevas tesis de las ciudades inteligentes.
El desarrollo sostenible implica contemplar las relaciones de la humanidad con medioambiente desde enfoques distintos, apostando por el derecho de toda la humanidad a participar de los beneficios del bienestar; redefiniendo las relaciones entre economía, ecología y ética; pensando y actuando con una lógica diferente, tomando en cuenta los límites de la biosfera, la redistribución social y la diversidad cultural.
El término desarrollo sostenible, sustentable o perdurable fue utilizado por primera vez en el documento conocido como Informe Brundtland (1987), fruto de los trabajos de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas, creada en Asamblea de las Naciones Unidas en 1983. Dicha definición se asumiría en el tercer principio de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (1992). Según este trabajo el desarrollo sostenible equivale a "satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades del futuro para atender sus propias necesidades".
El informe Brundtland consta de tres capítulos: preocupaciones comunes, tareas comunes y esfuerzos comunes; lo cual nos recuerda que debe ser un trabajo de todos/as para todos/as.
En el informe se describen dos futuros: uno viable y otro que no lo es. En el segundo, la especie humana continúa agotando los recursos naturales de la Tierra. En el primero, los gobiernos adoptan el concepto de desarrollo sostenible y organizan nuevas estructuras, más equitativas, comenzando así a cerrar la inmensa brecha que separa a los países ricos de los pobres.
En definitiva, se empezó a considerar que era necesario un profundo cambio en la toma de decisiones económicas, con la incorporación de las perspectivas ecológicas y económicas en la planificación del desarrollo.
Con esta perspectiva debemos posibilitar que quienes "hereden" nuestro planeta lo disfruten no solo en las mismas condiciones que gozamos nosotros, sino, a ser posible, en mejores condiciones; para compensar el déficit provocado por nuestra generación del planeta y de la de quienes nos precedieron.
El mismo "encargo" debe asumir la cooperación al desarrollo, en los territorios en los que actúa, contribuyendo a su mejora continua y a garantizar su sostenibilidad. Por tanto, aplicar los principios del desarrollo sostenible, desde el punto de vista ecológico, económico y social, será la clave del verdadero desarrollo de los territorios.
El desarrollo sostenible no se centra exclusivamente en las cuestiones ambientales. En términos más generales, las políticas de desarrollo sostenible afectan a tres áreas: económica, ambiental y social; pilares interdependientes que se refuerzan mutuamente:
Sostenibilidad ecológica
El pilar ambiental enfatiza la importancia de proteger y gestionar los recursos naturales para garantizar su disponibilidad futura. La conservación de la biodiversidad y el manejo sostenible de los ecosistemas son acciones clave bajo este principio.
Sostenibilidad económica
Este pilar se centra en fomentar el crecimiento económico sin comprometer los recursos futuros. La sostenibilidad económica busca crear sistemas que sean económicamente viables a largo plazo.
Sostenibilidad social
Este componente apunta a la promoción de sociedades justas y equitativas, donde los derechos humanos son respetados y las disparidades sociales se reducen.
De esta forma, y según se observa en el siguiente cuadro, la interrelación de las sostenibilidades ecológica, social y económica, nos conducirá a un desarrollo soportable, equitativo y viable. Y, cuando convergen todos ellos, se alcanzará de forma plena el desarrollo sostenible.
La intersección de los pilares refleja las combinaciones que fortalecen y forman parte de las estrategias de desarrollo:
La zona central del diagrama, donde convergen los tres pilares, representa el estado ideal del desarrollo sostenible, donde se logra la armonización entre lo económico, social y ambiental, alcanzando un desarrollo integral y resiliente.
Al igual que existen tres pilares para el desarrollo sostenible, su implantación necesitará aplicar también tres leyes básicas, igualmente interconectadas, y que garantizarán su cumplimiento:
Recursos renovables
Contaminantes
Recursos no renovables
Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Cooperación para el desarrollo (SSCG022PO).
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