Resulta imposible relatar todas las situaciones que plasman esta evidente situación, pero podemos hacer un breve repaso por la historia de la humanidad en la que queden reflejados los papeles que la sociedad le ha otorgado a las mujeres.

Prehistoria

Aunque las pruebas no son evidentes, y cada vez estas ideas son más cuestionadas, se ha demostrado que Durante la Prehistoria, el papel principal del hombre dentro de la sociedad era proveer a la tribu de alimento (caza y pesca) y protección.

Mientras que la mujer desempeñaba labores de administradora, cuidaba de los hijos o fabricaba útiles (herramientas, piezas de arcilla, prendas de vestir) y, desde la aparición de la agricultura, también trabaja como recolectora.

Edad antigua

El desarrollo de sociedades humanas más complejas, a raíz del cambio de la vida nómada a la sedentaria, debido al desarrollo de la agricultura, trajo también una mayor estructuración social, y la aparición de las primeras ciudades.

En estos primeros asentamientos, se consolidaron los papeles prehistóricos, quedando la mujer relegada al hogar para el cuidado de la familia, mientras que el hombre era responsable de la guerra y la política. 

Grecia y Roma

Las mujeres eran educadas, pero se las mantenía al margen de la política.

Edad Media

Tras la caída del Imperio romano a finales del siglo V, el vacío de poder en Occidente fue ocupado por los reinos feudales y la Iglesia católica, comenzando la Edad Media. Esta etapa de la historia fue especialmente negativa para las mujeres, ya que se impuso una concepción religiosa que dibujaba a la mujer como inferior respecto al hombre, perdiendo incluso el derecho a la educación.

Esto derivó en una situación de dependencia respecto al hombre, que ocupaba integralmente la vida pública, mientras la mujer dedicaba su tiempo al cuidado de la familia y el hogar.

La Ilustración

El paso de la Edad Media a la Edad Moderna tiene lugar en 1492, con el descubrimiento de América, pero en muchos sentidos supuso una continuación directa de la Baja Edad Media y de sus costumbres.

Fue a partir del siglo XVIII, con la Revolución francesa (1789) y la sucesiva toma del poder por parte de la burguesía, cuando comenzaría a haber un cambio de mentalidad que se desarrollaría en los siglos posteriores, ya que todas las personas pasaban de ser personas sometidas, a poseer derechos inalienables.

Siglo XIX

Las reclamaciones de las mujeres se intensificaron durante el siglo XIX, las mujeres seguían siendo ciudadanas de segunda con muchos derechos por conquistar: el acceso a la universidad, condiciones laborales y sueldos dignos, acceso actividades y sectores de la vida pública, como el deporte o derecho a votar.

Siglo XX y XXI

A través de la progresiva conquista de derechos por parte del movimiento feminista, cambia la concepción de la mujer, que pasa a ser integrante de pleno derecho en un mundo en el que se había visto discriminada durante siglos.

 

Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Igualdad de género en el deporte.

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