Evolución histórica

La evolución histórica de la minoría de edad en el ordenamiento jurídico español ha estado marcada por una serie de reformas legislativas que han redefinido el concepto y las implicaciones de este estatus a lo largo de los años. Estas modificaciones han sido fundamentales para adaptar las normativas a los cambios sociales y al reconocimiento progresivo de los derechos de los menores.

A continuación veremos las principales modificaciones que ha sufrido el concepto de la minoría de edad y su adaptación a las nuevas necesidades.

Proceso

El proceso de determinar la minoría de edad ha implicado una serie de reformas legislativas que han influido directamente en la forma en que se protege y gestiona la intervención con menores en el ordenamiento jurídico español. Estas transformaciones no solo responden a cambios internos, sino que también obedecen a una alineación con los estándares internacionales en materia de derechos de la infancia.

Reducción edad

La reducción progresiva de la mayoría de edad pone de manifiesto un cambio en la concepción de la capacidad de los jóvenes para participar en la vida civil y asumir responsabilidades. Por ejemplo, mientras que en el siglo XIX se consideraba que un joven de 23 años apenas alcanzaba la madurez suficiente, para finales del siglo XX, una persona de 18 años ya se considera capaz de ejercer sus derechos y obligaciones como ciudadano pleno.

Implicaciones de las reformas

Con cada reforma, el concepto de minoría de edad en el ordenamiento jurídico español ha evolucionado para reflejar una comprensión más matizada de la capacidad y las necesidades de los jóvenes, siempre teniendo en cuenta el contexto cultural, económico y social prevalente. Estos cambios han facilitado un diálogo continuo entre la evolución normativa y las realidades dinámicas de una sociedad moderna, buscando siempre el mejor interés de los niños y adolescentes.

Estado actual

Destacar que, en el marco del sistema jurídico español, la consideración actual de la minoría de edad implica una serie de protecciones específicas y una diferenciación clara respecto a los derechos y responsabilidades comparados con los adultos. Diversas leyes y normativas son aplicadas para asegurar que los derechos de los menores estén resguardados durante todo su desarrollo.

A continuación veremos cuáles son las principales características del estado actual.

Tutela y patria potestad

Dentro de este ordenamiento, la patria potestad y la tutela se erigen como pilares esenciales, garantizando que los menores cuenten con una representación legal que priorice su bienestar en cada una de las decisiones que les afecten. Esto abarca desde cuestiones cotidianas hasta decisiones críticas que pueden afectar su futuro.

Enfoque preventivo

El enfoque preventivo del sistema de protección español se traduce en programas y políticas integrales que buscan anticiparse a situaciones de riesgo. Las instituciones públicas y privadas, junto a los profesionales del ámbito de la infancia, desempeñan un papel crucial para ejecutar estas medidas preventivas que aborden problemas potenciales antes de que se conviertan en situaciones de abandono o desprotección.

Sistema de justicia juvenil

En el ámbito judicial, las diferencias en el tratamiento entre menores y adultos son pronunciadas. Esto no solo busca garantizar un tratamiento adecuado acorde con su madurez psicológica y emocional, sino también ofrecer un enfoque rehabilitador en lugar de meramente punitivo.

Protección

Los procedimientos adoptados bajo la Ley de Protección Jurídica del Menor están diseñados para contemplar diversas situaciones de desprotección y ofrecer la mejor alternativa al menor. Estas situaciones van desde la violencia en el hogar hasta el abandono escolar.

Si un menor enfrenta desprotección debido a un entorno familiar inadecuado; la ley, buscando la protección del menor, permite implementar medidas dirigidas a su reunificación familiar siempre que sea posible o se buscan alternativas adecuadas como el acogimiento familiar o residencial.

Además del sistema de protección formal, es crítica la sensibilización y educación de los adolescentes sobre sus derechos y sus deberes. Esto es promovido a través de curricular en los sistemas educativos, talleres y campañas informativas, lo que fortalece sus capacidades para participar activamente en su desarrollo integral.

Interés superior del menor

La legislación española refuerza la importancia del interés superior del menor como núcleo de cualquier actuación judicial o administrativa. Las políticas vigentes aseguran que, frente a decisiones relevantes, este principio actúe como guía fundamental, garantizando así un enfoque centrado en ofrecer las mejores condiciones posibles para el desarrollo físico, emocional y social de los menores. Estos mecanismos están diseñados para proporcionar protección y una respuesta adecuada a las situaciones de riesgo y desamparo.

La situación actual de la minoría de edad en España requiere de la continua adaptabilidad de los profesionales involucrados en la protección e intervención con menores, adaptándose constantemente a las nuevas realidades sociales y culturales para mantener la eficacia de los sistemas de protección establecidos.

Como síntesis, los cambios sufridos en el concepto de la minoría de edad implican, en la práctica, lo siguiente:

Formación del personal profesional

El incremento en las capacidades de autonomía de los menores ha demandado un ajuste en las actuaciones de profesionales involucrados en la intervención con menores. Por ello, es fundamental que profesionales como trabajadores sociales, psicólogos y educadores comprendan a fondo el contexto normativo actual para asegurar el respeto a los derechos de los niños y adolescentes, gestionando adecuadamente su protección hasta que alcanzan la mayoría de edad.

Mejora en identificación de vulnerabilidad

Los mecanismos de protección de los menores deben estar adaptados para identificar las situaciones de vulnerabilidad a las que pueden estar expuestos los jóvenes, especialmente considerando su capacidad legal limitada antes de los 18 años. La normativa vigente y su respeto se convierten en un pilar para el diseño de programas de intervención que estos profesionales implementan, asegurando siempre el bienestar y desarrollo integral del menor.

 

Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Aspectos legales en la intervención con menores (SSCG041PO).

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