Retorno social de la inversión: la importancia de monetizar
En un análisis de Retorno Social de la Inversión (SROI), monetizar los outcomes es una parte fundamental para poder evaluar el impacto social en términos económicos. La esencia del SROI es traducir el valor social, ambiental y económico generado por un proyecto en cifras monetarias, de manera que los beneficios sociales puedan compararse directamente con la inversión realizada.
Sin la monetización, el valor de ciertos outcomes —como el bienestar emocional o la reducción de desigualdades— quedaría invisibilizado o difícil de interpretar en términos de retorno.
Monetizar un outcome implica asignarle un valor económico que refleje el beneficio real que ese cambio genera en la vida de las personas o en la sociedad. Esto permite responder preguntas clave como:
- ¿Qué beneficio económico supone que una persona desempleada consiga un empleo gracias al programa?
- ¿Cuál es el valor económico de reducir las emisiones de carbono mediante un proyecto de reciclaje?
- ¿Cuánto valdría en términos económicos que una persona mejore su salud mental gracias a un programa de apoyo psicológico?
Por ejemplo, si un programa de inserción laboral consigue que 50 personas encuentren empleo y estas pasan de recibir subsidios a generar ingresos propios, podemos calcular el valor económico considerando el ahorro en ayudas sociales y los impuestos adicionales que ahora aportan al sistema. Sin una monetización adecuada, solo sabríamos que las personas encontraron trabajo, pero no cuánto valor social y económico ha generado realmente el proyecto.
El proceso de monetización requiere, por tanto, combinar datos financieros y sociales, aplicar métodos de valoración apropiados y realizar ajustes para evitar sobreestimaciones o atribuciones incorrectas. Este capítulo explorará por qué es importante monetizar los outcomes, cómo hacerlo de manera rigurosa y cuáles son los métodos más efectivos para traducir el valor social en términos económicos.
¿Por qué es necesario monetizar los outcomes?
Monetizar los outcomes es necesario porque los proyectos sociales generan cambios que, aunque son evidentes para los beneficiarios y para las comunidades, no siempre son fácilmente traducibles en términos económicos. La dificultad radica en que los resultados de una intervención social suelen abarcar aspectos cualitativos, como el bienestar emocional o la seguridad, que no tienen un precio de mercado directo.
Sin embargo, la monetización permite que estos cambios puedan:
Al asignarles un valor económico, los outcomes pueden analizarse y compararse entre distintos proyectos o sectores.
La sociedad, los financiadores y los stakeholders comprenden mejor el impacto cuando se traduce a términos monetarios.
Si un proyecto demuestra que ha generado un retorno de 3 euros por cada euro invertido, esto facilita la toma de decisiones y la asignación de recursos.
Las organizaciones pueden integrar el valor social en su contabilidad y en la planificación estratégica.
Un programa de reducción de criminalidad puede generar un outcome en forma de menores tasas de delincuencia. Si monetizamos este outcome utilizando el costo promedio de los procedimientos judiciales evitados o el gasto en seguridad ahorrado, obtenemos un valor económico claro que facilita la evaluación del éxito del proyecto.
Sin monetización, los outcomes quedarían limitados a indicadores abstractos (como una mejora en la autoestima o un mayor sentido de comunidad) sin posibilidad de comparación o análisis financiero. La monetización permite integrar el valor social y económico en un mismo marco de referencia.