El estigma de la salud mental y el suicidio

En el mundo, según datos de la OMS una de cada cuatro personas experimenta o experimentará un trastorno mental a lo largo de su vida. Sin embargo, en la actualidad y a pesar de los avances en derechos humanos, las personas con determinados diagnósticos en salud mental pasan por serias dificultades para su inserción laboral, para el acceso a la vivienda, o para participar en la sociedad en condiciones de igualdad al resto de la población. Esta discriminación es consecuencias de la existencia de estigmas sobre las enfermedades mentales.

La estigmatización, la discriminación y la violación de los derechos humanos de las personas con trastornos mentales están muy extendidas en la sociedad y en los sistemas de atención de todo el mundo; de hecho, en 20 países todavía se penalizan los intentos de suicidio. (Comunicado de Prensa. OMS, 2022)

El estigma es la huella que las creencias erróneas, los mitos y los pensamientos irracionales dejan en la persona que tiene una enfermedad mental y en su familia. Las actitudes negativas y discriminatorias, basadas en estereotipos, hacen que se afronte la enfermedad en condiciones de precariedad y con baja autoestima, perjudicando los avances del proceso de recuperación y de mejora de la salud.

La superación de los estigmas instaurados en el imaginario colectivo es tarea de toda la sociedad. Los medios de comunicación, la administración y los propios ámbitos sanitarios relacionados con la salud mental no están libres de culpa y deben mantener actitudes de vigilancia y buenas prácticas que ayuden a su eliminación.

El estigma como factor precipitante

El suicidio es un acto totalmente imprevisible. Sin embargo, está demostrado que existen una serie de factores de riesgo cuya presencia no significa que se vaya a intentar o consumar el hecho, pero que sí aumentan la probabilidad de aparición de la conducta suicida.

Factores de riesgo:

El suicidio no tiene por qué estar siempre relacionado con la enfermedad mental, aunque sí supone un factor de riesgo importante. Por este motivo, si una persona presenta un trastorno mental (factor de riesgo) y es sometida a alguna forma de discriminación o estigmatizada por su estado, puede presentar una ideación o conducta suicida como consecuencia de esta situación negativa. Las humillaciones y descalificaciones, el rechazo social producto del miedo y la desconfianza, el aislamiento y la tensión en las relaciones interpersonales actúan como factores precipitantes del suicidio.

Para ti: Busca asesoría profesional y denuncia cualquier forma de discriminación de la que creas que puedes ser objeto. Recuerda que tú no eres tu enfermedad. Lucha contra el estigma, visibilízalo y únete a grupos de apoyo.

Para apoyar a otras personas: No identifiques a la persona con su enfermedad. Cuida tu lenguaje. Evita las etiquetas. Ejemplos: en lugar de "es bipolar", "sufre esquizofrenia", "es una persona depresiva" utiliza expresiones como "ha recibido un diagnóstico de...", "está recibiendo apoyo por...", "tiene cambios de humor debido a..."

Buenas prácticas en salud mental

Los bulos y estigmas en contra de las personas que experimentan trastornos de salud mental, se forman por falta de conocimiento y por la sobreexposición a ejemplos negativos en los medios de comunicación. Por tanto, es adecuado revisar nuestro comportamiento relacionado con las buenas prácticas de comunicación y con las ideas erróneas de lo que supone vivir con una enfermedad mental.

Las palabras sí importan. Guía de estilo sobre la Salud Mental para Medios de Comunicación. Fábregas, M. et al. Ed. Confederación Salud Mental España, 2019. 

  • Para ti: Somos seres sociales y tenemos necesidades de reconocimiento y de autorrealización en igualdad de condiciones. Reclama tus derechos.
  • Para ayudar a otras personas. Empatiza con las personas con trastornos de salud mental. Evita difundir bulos o noticias que repitan estereotipos negativos en las redes sociales.
Buenas prácticas en salud mental