Cuando una emoción se dispara, suceden dos cosas:
De esta forma, el dolor interno queda sujeto y parcialmente controlado, y tú te sientes protegido.
No obstante, llegado un momento, la presión es tan grande que la emoción termina por liberarse y sale disparada (como si fuera el tapón de una botella de champagne).
La vida es injusta, el mundo es peligroso, no valgo para nada, etc.
Estas ideas forman parte de tu sistema de creencias, es decir, de los supuestos que utilizas para funcionar por el mundo, pero que nunca son cuestionados.
"Quién no sabe bailar, le echa la culpa al piso"
Orson Wells
Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Gestión emocional en el entorno laboral.
No pierdas tu oportunidad y ¡continúa aprendiendo!
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