Cuando una organización participa en un proyecto de estudio e implantación de medidas de RSC permite que esta mejore en su posición actual a nivel económico preparándola para un mejor posicionamiento competitivo en el cambio de ciclo.
Además de aplicar la legislación laboral y las normativas ambientales, las organizaciones llevan a cabo una serie de prácticas con el objetivo de estar en equilibrio con el sistema económico, social y ambiental, convirtiéndose en organizaciones de economía social, ya que en su proceso de toma de decisiones valoran el impacto de sus acciones en la sociedad, en su propia plantilla y en el medio ambiente.
En último término lo que la RSC va a representar para la organización en definitiva es una forma de marcar una diferencia entre sus competidores. Una oportunidad para destacar de los demás competidores, de innovar con productos o servicios que respondan a las necesidades ambientales y sociales, lo que resulta ser un vehículo para fomentar el crecimiento.
Una frase de Einstein decía ?es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia?.
En el ámbito estratégico de las organizaciones, la gestión de la RSC está evolucionando mucho más allá de lo que supone el compromiso social o ambiental que la organización debe asumir, convirtiéndose cada vez más en una fuente de generación de ventajas competitivas o en un mecanismo de disminución de riesgos.
De forma general la implantación de la RSC permite a la organización:
A través de la retención del talento y el desarrollo de personas.
Generando resultados positivos económicos, sociales y en el medio ambiente dentro y fuera la organización.
Siendo un atractivo a clientes potenciales posicionando la marca en el mercado y diferenciándola por las políticas y gestiones.
A corto plazo.
Implantando los principios de la RSC en la gestión diaria y en la planificación futura de la organización.
Tras mejorar el clima laboral.
Crear un compromiso.
Identificando oportunidades y riesgos actuales.
De procesos dándole valor a cada una de las cosas que la organización hace o puede hacer para mejorar el entorno social, económico y medioambiental.
Si hablamos de las entidades sin ánimo de lucro veremos que el instaurar un sistema de RSC conlleva una serie de beneficios para estas a nivel interno, externo y para los consumidores.
Existen también otras ventajas para las organizaciones que implantan la RSC y que aparecen de forma colateral pero que van unidas a su implantación. Las ventajas colaterales son:
Acercamiento de inversores que buscan organizaciones para invertir sus capitales y que valoran positivamente que la organización se encuentre bien posicionada socialmente.
Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Responsabilidad Social Corporativa.
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