La palabra virtud proviene del latín virtus, que hace referencia a las capacidades o cualidades que hacen a una persona noble y digna y le permiten alcanzar la excelencia o plenitud. Sin embargo, para autores como Aristóteles, no es suficiente con tener capacidades, también necesita formar el carácter a través de la educación y la práctica habitual de las acciones virtuosas. Por tanto, una persona virtuosa es aquella que, mediante la educación y práctica, adquiere capacidades o cualidades que le permiten alcanzar la excelencia (areté). Esas capacidades son interiorizadas para moldear y definir el carácter, la forma de tomar decisiones.

Para los profesionales de los servicios sociales, el fomento de las virtudes permite fortalecer el carácter, trabajar con seguridad y decidir con determinación. Pero también tienen una gran responsabilidad en la promoción y desarrollo de las virtudes en la sociedad a través de la educación, la formación y el trabajo directo con las personas.

Las virtudes no solo ayudan a los individuos a desarrollar su carácter y a vivir una vida más plena, sino que también son fundamentales para la construcción de una sociedad más justa y equitativa.

Virtudes aristotélicas

Son capacidades que permiten la excelencia profesional y se adquieren a través de la práctica constante y la educación. Estas virtudes son el resultado de un equilibrio entre los extremos (exceso y defecto):

Prudencia

Tomar decisiones con cautela, moderación, sensatez y buen juicio.

Carmen es trabajadora social y se encarga de valorar a personas con discapacidades físicas o mentales. Realiza cuidadosamente evaluaciones de cada usuario para asegurarse que van a tener la atención y el apoyo adecuados.

Sabiduría

Comprender y aplicar el conocimiento y la experiencia de manera efectiva.

Ana es la psicóloga que trabaja con jóvenes en riesgo de exclusión social. En este caso, trabaja con ellos adoptando un enfoque integrado y basado en la evidencia para abordar los desafíos que enfrentan estos jóvenes, utilizando una combinación de terapia individual y grupal, habilidades sociales y emocionales, y oportunidades educativas y laborales para apoyar su crecimiento y desarrollo.

Valentía

Aceptar y afrontar situaciones difíciles y desafiantes.
Carmen es trabajadora social y tiene conocimiento de maltrato infantil en un hogar de acogida. En este caso Carmen tiene la obligación de informar, incluso si esto significa ir en contra de sus superiores o de los intereses de la organización que lo emplea, perder la confianza de sus compañeros de trabajo o poner en peligro su imagen profesional y carrera. La profesional que es capaz de trabajar en situaciones incómodas, complejas o arriesgadas, demuestra la virtud ética de la valentía.

Moderación

Actuar con equilibrio, evitando el exceso y la insuficiencia.

Raquel es sociosanitaria e intenta evitar demasiado paternalismo a la hora de trabajar con personas dependientes. Deja que personas con limitaciones físicas o cognitivas intenten realizar actividades de la vida diaria por sí mismas, prestando la ayuda imprescindible. De este modo obliga al usuario a esforzarse en mejorar las capacidades o destrezas que aún tiene.

Generosidad

Dar sin esperar nada a cambio. Se considera una expresión de la compasión y la empatía.

Carmen, trabajadora social, visita a una familia para realizar una valoración y dedica un tiempo extra no retribuido.

Gratitud

Reconocer y agradecer las contribuciones de los demás.

Sara es la terapeuta ocupacional de un centro de día para personas mayores. Un día organiza un taller de musicoterapia. Los usuarios, a pesar de sus limitaciones físicas y cognitivas, intervienen activamente. Incluso alguno poco motivado hace el esfuerzo de integrarse. Al final, Sara agradece la participación y el esfuerzo de todos, lo que permite mejorar la autoestima de los usuarios, motivarlos y reforzar las relaciones sociales.

Virtudes del cuidado y la compasión

Con respecto a la responsabilidad y compromiso para con el bienestar de los demás desde un punto de vista más humanos, encontramos las siguientes virtudes:

Empatía

Comprender y sentir lo que otra persona está experimentando desde su perspectiva subjetiva y actuar en beneficio de ella.

Inmaculada es la psicóloga que trabaja en un piso de acogida de menores. La mayoría vienen de familias desestructuradas o han recibido maltrato. El trato con estos menores es difícil, por lo que Maite comprende sus reacciones de rechazo, comportamientos autolíticos o emociones de ira, tristeza o ansiedad. En vez de utilizar técnicas de eliminación de la conducta como los castigos o pérdida de beneficios, trabaja con ellos con otras técnicas que les permite mejorar el proceso la adaptación.

Confianza

Inspirar seguridad, sinceridad y credibilidad a la hora de actuar.

Carmen es trabajadora social. Se encarga de jóvenes en riesgo de exclusión social que han pasado por situaciones de abandono, abuso, maltrato o falta de apoyo emocional por parte de sus familias. Los jóvenes muestran una actitud de recelo y desconfianza que dificulta el trabajo de Carmen. Para ganar la confianza de los jóvenes, decide escucharlos y valorarlos, demostrando que les apoya, orienta y ayuda sin prejuzgar. En ese momento los jóvenes se sienten cómodos, comparten sus sentimientos e inquietudes. Se establece una relación de confianza.

Cuidado

Preocuparse y responsabilizarse por el bienestar de otra persona. Implica una actitud y disposición, un compromiso con la dignidad y bienestar hacia la otra persona. Está ligada con la compasión y solidaridad.

Raquel trabaja como sociosanitaria en una institución residencial de la tercera edad. Su labor no se limita a la higiene y alimentación de los usuarios, también incluye promover la autonomía, mejorar las capacidades físicas y cognitivas, potenciar la socialización o prestar apoyo emocional.

Sensibilidad

Comprender y valorar las necesidades, situaciones y contextos de los usuarios, así como responder de manera adecuada y empática. Implica una combinación de habilidades sociales, técnicas y culturales.
Clara trabaja como educadora social con mujeres inmigrantes para ayudar a integrarse en la sociedad. Teniendo en cuenta que no comprenden bien el idioma, tienen costumbres y tradiciones distintas y se guían por otras normas culturales o religiosas, Clara actúa de forma distinta en cada una de ellas, respondiendo según sus necesidades personales.

Solidaridad

Trabajar en beneficio del bien común. Permite promover la justicia social e igualdad.
Clara es trabajadora social y forma parte de una red profesional. Desde su ámbito, aporta conocimientos, experiencia y recursos a los demás miembros para abordar problemas sociales.

Virtudes kantianas

Desde el punto de vista del desarrollo de la voluntad y la adopción de una actitud determinada, encontramos las siguientes virtudes:

Universalidad

Actuar siguiendo reglas y principios que son aplicables a todas las personas.

Ana trabaja en un comedor social y cierto día descubre, en la puerta, a una familia que no se atreve a entrar. Intrigada les pregunta si necesitan algo y descubre que son extranjeros, no conocen bien el castellano y están en el país de forma irregular. Inmediatamente les invita a entrar y comer en el centro. Considera que, a pesar de no ser ciudadanos del país ni estar regularizada su situación, tienen el derecho a recibir ayuda humanitaria como cualquier persona.

Racionalidad

Tomar decisiones basadas en la razón y la evidencia, en lugar de actuar impulsivamente o basándose en prejuicios o suposiciones infundadas. Si bien es importante el componente emocional de la ética de la compasión, del cuidado o de las capacidades, todas ellas serían ineficaces si no hay un control racional de los impulsos.

Marta, que trabaja en un centro residencial de personas mayores, descubre que Manuel se pone nervioso y agresivo. El primer impulso es sacarlo del taller de manualidades y aislarlo en su habitación por tener un carácter fuerte, pero descubre que su compañero de taller lleva toda la mañana provocándolo hasta que Manuel ha perdido la paciencia. Si Marta hubiera actuado en función de sus impulsos, a Manuel lo hubiera aislado injustamente.

Buena voluntad

Actuar de acuerdo con los principios éticos y morales, sin tener en cuenta las consecuencias que puedan derivarse de nuestras acciones. Lo importante no es el resultado de una acción sino la voluntad, la intención que hay detrás de esa acción.

Francisco es trabajador social y gestiona una asociación que trabaja con menores en situación de exclusión social. Cierto día presenta un proyecto para educar a niños que viven en una barriada de la ciudad donde las familias viven sin recursos y en la marginación. Aparentemente tiene buena voluntad, pero la intención que subyace es la de obtener financiación pública para contratar a sus amistades sin importar la calidad de la educación de los menores. La intención es beneficiar a sus amistades.

 

Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Deontología en los Servicios Sociales.

¿Te gusta el contenido de esta píldora de conocimiento?

No pierdas tu oportunidad y ¡continúa aprendiendo!

Política de privacidad

ADR Formación utiliza cookies propias y de terceros para fines analíticos anónimos, guardar las preferencias que selecciones y para el funcionamiento general de la página.

Puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón "Aceptar" o configurarlas o rechazar su uso pulsando el botón "Configurar".

Puedes obtener más información y volver a configurar tus preferencias en cualquier momento en la Política de cookies