Su derecha liftada es un misil con efecto que hace botar las bolas muy altas y complica su devolución. Y hay una razón biomecánica: su golpe viaja a 5.000 rpm. Un tenista normal logra 2.500 rpm y Federer alcanza un máximo de 4.000 rpm, con una media de 2.700 rpm. Pero siendo un golpe magistral, no era suficiente: Nadal cerró 2016 en la posición 9 de la ATP. ¡No era suficiente! ¿En qué podía mejorar?
Y es que la buena suerte es cuestión de tener el talento suficiente para saber aprovechar las oportunidades que se es capaz de generar: la buena suerte es generar oportunidades de dónde aparentemente no las hay y, una vez creadas, saberlas aprovechar trabajándolas.
Esta píldora formativa está extraída del Curso online de Gestiona y Desarrolla Tu Talento.
No pierdas tu oportunidad y ¡continúa aprendiendo!
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